A raíz de ese viaje, la compañía Estabanell y Pahisa sustituyó el vapor por electricidad para hacer funcionar las máquinas de su fábrica familiar de textiles.
En 1910 construimos la primera instalación hidroeléctrica de la compañía en el río Ter para hacer llegar la electricidad hacia la factoría situada en Centelles.
Con su excedente de producción energética comenzamos a dar servicio a las poblaciones más cercanas, incorporando a la vida de los ciudadanos la «corriente» e impulsando la actividad económica de la zona.
Tras más de cien años comercializando energía y consolidando nuestra marca, en 2015 acercamos la fibra óptica a la mayoría de municipios en los que operábamos. Este paso supuso la conectividad para hogares y empresas que hasta entonces no podían disfrutar de esta tecnología.
De hoy en adelante, seguiremos innovando con un único propósito: ser parte del bienestar de las personas.